Este banco es testigo de celos sin sentido
de fantasmas y duendecillos que oprimen el corazón.
Queman e inquietan el interior, nublan el pensamiento,
siembran confusión en una danza de pasión.
Rodeado de hojarasca otoñal, inerte en una plaza
a sopesado cuerpos y presenciado hazañas.
Inviernos, veranos y grabados que lo marcan.
Y hoy tu estás sentado en ese banco
con las sienes palpitando, solo sin estarlo.
Las musas timidas observando en un cerco cual estrado
sin decir palabras saben lo que a pasado.
Tormento grácil se posa a tu lado, ¡acto de dos caras!
Espanta las aves, rivales admiradoras
y juega con la pelota de estambre de tu persona.
Te suavizó, te endulzó y se fugó.
La brisa fria te azotó, te despertó.
Estas solo en el banco no te surcan más ojos.
Te gusta y la odias que se busque otro malecón.
Ya estamos de vuelta
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¿Cómo va esto de los blogs? Ya hace tiempo que no me daba una vuelta por
acá. No tengo excusa. No puedo decir que por falta de tiempo aunque ahora
siento ...
Hace 1 mes