Perfume suave y sutil
cebo etéreo que me atrae.
Voy tras el aroma delicado
de aquellos cabellos de ángel.
Doy con la figura embriagadora,
oculto en los más oscuros senderos.
La besan los rayos plateados de la luna
y la muerden mis parpados abiertos.
El brillo en la penumbra
le advierte del sigilo.
Esconde sus tesoros
en un reflejo instintivo.
Se mete al agua y me retiro
entre las sombras más negras.
Dirá que fue alguna fiera de aquel paraje
en busca de saciar su hambre.
El camino se difumina a mis espaldas
ya no hay arbolada solo faroles
y una vía de brea.
Ahora me pierdo en la frívola ciudad.
Pero ese perfume único y natural
me persigue cada noche.
Es tierra y mar, mujer desligada de lo común.
Alguien especial.
Ya estamos de vuelta
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¿Cómo va esto de los blogs? Ya hace tiempo que no me daba una vuelta por
acá. No tengo excusa. No puedo decir que por falta de tiempo aunque ahora
siento ...
Hace 1 mes
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