El reino del Mírame pero no Me Toques

Sí encuentras una fisura que te abra una senda,
Una entrada tosca hacía un reino quebradizo
Como copa de vidrio puro e inocente, traslúcido.

No destroces el corazón de la ciudadela
Cuando lo que te aqueja esta en sus muros.

La guardia que no descansa, la guardia de un niño rey.
En el reino del mírame pero no me toques
Donde el amor era el senescal y armo un motín.

Desde ese día el rey no crece, no juega, no sonríe.
Enclaustrado entre paredes ostentosas
Rodeado por el silencio, temblando en una esquina.
No hay mano derecha, no hay costilla, no hay mujer.

Traicionó ilusiones por ser débil, la muralla la asfixió
Y contra el infante arremetió, se esfumó.

La guardia real es tan inquebrantable que la frustró.
Sí quieres al reino, ama a sus guardias y adora a su rey.
Al guardia dale guerra, al niño dale amor y al reino todo.

Decide, peleas bajo las sabanas con el guardabarrera
O te infiltras por las grietas de la fortaleza.
Ganarte al guardia es lo ideal, si no quieres al rey asustar.