1/8/09

La nave de la basura

Mientras esto acontecía en el espacio en nuestro planeta la NASA se preparaba para un nuevo lanzamiento. Los camiones de basura apilaban los desechos de toda clase en un enorme vagón el cual era más de la mitad de la estructura del transbordador próximo a partir. Estas naves estaban hechas para contener una cantidad equivalente a una docena de vertederos terrestres. Este procedimiento surgió porque no había espacio en la Tierra para la basura y demás porquerías. Anualmente era enviado un transbordador para soltar el contenedor en el sector de desperdicios intergalácticos. Pero este año al piloto y sus compañeros recogedores de basura les esperaba una gran sorpresa pronto se arrepentirían de haber hecho un asociado en ciencias espaciales. Para poder tener licencia para conducir la nave de la basura y convertirse en una subclase de astronautas especializados en el manejo de desperdicios.

Ese día en El cabo cañaveral II una remodelación de la antigua base del estado sureño de Florida ahora con tecnología mas actualizada. Llegaron a esos predios los cinco miembros del equipo que irían a depositar los escombros al vertedero espacial. El mismo consistía de tres hombres y un par de mujeres. Los cuales dentro de una sala de espera adyacente a la torre de lanzamiento comenzaron a interactuar. —Hola; soy Rowen Táramos y seré su piloto en este viaje. —Dijo el fornido Afroamericano para ir rompiendo el hielo. —Mucho gusto. >> Yo soy Lymeris Dángel y este será mi primer viaje por asuntos de trabajo. >>Obviamente e viajado anteriormente, pero por otros motivos. —Se expreso altanera la mujer de rasgos orientales. —Ah!!... si; preciosa que motivos te han llevado al espacio sin contar con la presencia de un hombre como yo. >>Por cierto me llamo Estefano Graus un placer conocerle Lymeris. —Articulo con una mirada lasciva antes de terminar besándole el dorso de la mano a la oriental.





Ante esto la mujer de descendencia japonesa muestra el filo de su katana y el joven europeo traga hondo alejándose a una distancia prudente de Lymeris. —¿Quien es el muchacho antisocial que esta sentado en el suelo? —Pregunto una seductora petite de pelo negro y ojos de jade. —Es mi hermano menor Adam siempre anda en otro mundo. —Contesto instantáneamente Estefano. —Qué dices... tú; el que ¡Como gigoló se moriría de hambre! —Exclamo el menor de los hermanos Graus mientras se quitaba los audífonos de su ipod. >>Entiendo que me miren con asombro se deben de preguntar; como puede ser él… familia de ese esfínter parlante. —Dijo burlón Adam. >>Tú la enana bronceada de ricos pechos no me mires como un pedazo de carne por ser un Graus no significa que sea un troglodita como mi hermano mayor. >>Conmigo pon a funcionar tu cerebro. —Le comento desafiante sin bajar la mirada de la cara de la joven latina. —Bueno amargado me es claro que Estefano es un cerdo con solo mirarlo pero el no es la única bestia. >>Por lo que veo ahí una que no ah sido domada y por eso es un imprudente. —Dijo molesta, la guitarrita hispana. >>Me llamo Mariel Enzor y por lo que observo el viaje nos va a sentar mal a varios. – Se expreso decepcionada mientras se apoya a la pared cruzada de brazos.

A todo esto el piloto dice a carcajadas…
—Definitivamente este será un viaje muy interesante. >>Señorita Dángel si no le molesta puede sentarse para continuar con la charla. —Se dirigió con una sonrisa en el rostro el piloto Táramos. La esbelta mujer procede a sentarse en uno de los sofás de cuero blanco de la sala. Sin soltar su querida arma blanca la cual no ha sacado de su vaina estudia al moreno piloto con una mirada dura que lo va juzgando. —Bueno, yo me voy a buscar un lugar para desayunar antes de partir. >>Adam quieres algo. —Pronuncio antes de retirarse Estefano. —Por ahora no pero podrías surtirte de comida espacial por si se nos abre el apetito durante el viaje. —Contesto con desgano Adam mientras se volvía a ponerse los audífonos.

En ese instante las miradas de Lymeris y Estefano se cruzan. Ella expresando un odio como si pudiera matarlo con su mirada que embruja y a la vez lo intimida. —Eeeh… me voy. >>Nos vemos al rato compañeros. —Titubeo nervioso Estefano. Estefano Graus traspasa lo más rápido posible la entrada que se encontraba flanqueada por los más jóvenes y malhumorados del grupo. Mariel a la izquierda de pie mirando al causante de su descontento mientras al lado opuesto sentado en el piso estaba Adam con un bulto a su costado al tiempo que escuchaba un poco de Metal en su ipod.

3 comentarios:

  1. Genial blog Jimmix!!!
    Me pasaré de vez en cuando para leerte.
    Montain

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  2. Gracias Montain; te estaré esperando.

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  3. Nada mal la historia, Jim. Aun no se desarrolla en forma así que el viaje parece no ser algo predecible.
    En cuanto a tu composición, aun no me acostumbro al estilo de puntuación que manejas para los diálogos. Pero quizá sea sólo cuestión mía.
    Hay un detalle: la chica oriental ahuyenta a Stefano mostrándole el filo de su hoja, lo cual hace pensar que aunque no la desenvainara totalmente, la katana ya había sido sacada de su vaina, tal vez parcialmente pero al final podría tomarse así.
    Es una insignificancia, lo sé (XD) pero no quería quedar con la tentación de no comentarlo.
    Saludos, Jim.

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